Aspid pone en marcha el proyecto "aprendiendo a vivir tras un ictus"

El programa que gestiona Neurolleida quiere optimizar la prevención y neurorrehabilitación de personas afectadas por ictus y sus familias

Con el título "Aprendiendo a vivir después de un ictus", ASPID desarrollará un proyecto destinado a ofrecer un programa completo de prevención y neurorrehabilitación para personas afectadas por ictus y sus familias.

Este año la entidad leridana está atendiendo, a través de sus diferentes servicios (NeuroLleida, Centro de Día, servicios domiciliarios, grupos apoyo, etc.), un total de 38 personas afectadas de ictus. El servicio de neurorrehabilitación cuida, concretamente, de 13 usuarios.

El programa que gestiona Neurolleida se podrá llevar a cabo gracias a la partida de 37.000 euros aportada por el BBVA en la convocatoria solidaria lanzada por la gestora de fondos BBVA Asset Management. ASPID ha sido una de las 20 entidades ganadoras de la segunda edición del premio, convocado por BBVA Asset Management a fin de otorgar el 25% del total de la comisión de gestión de los fondos BBVA Futuro Sostenible ISR a proyectos solidarios.

Cabe recordar que, en el marco del Día Internacional del Ictus, celebrado ayer jueves, Neurolleida llevó a cabo una conferencia online que se hizo con la colaboración del Aula de Extensión Universitaria de la Comarca de les Garrigues. La charla, centrada en el tema de la "Detección, prevención y Rehabilitación del ictus", sirvió para explicar qué es el ictus y cuáles son los factores de riesgo que la favorecen, así como para dar pautas para prevenirlo el y también para saber detectarlo y actuar rápidamente.

Características del proyecto

El proyecto "Aprendiendo a vivir después de un ictus" contemplará, por un lado, el desarrollo de una campaña de prevención primaria a partir de conferencias impartidas por una neuropsicóloga y dirigidas a la población en general y especialmente a personas en situación de riesgo. En estas sesiones informativas se explicarán los hábitos de salud que protegen a la aparición de un ictus, cuáles son los signos de alerta para detectar un ictus y cómo actuar ante un caso de ictus. Esta campaña se desarrollará en coordinación con los centros de salud y los ayuntamientos de capitales de comarcas de la demarcación de Lleida.

En segundo lugar, se llevarán a cabo diferentes programas de neurorrehabilitación funcional a personas afectadas por un ictus, a partir de sesiones individuales o de grupo. Se efectuarán sesiones de tratamiento individual de rehabilitación física, cognitiva y / logopedia para pacientes que hayan finalizado el tratamiento en la red pública; al mismo tiempo, se desarrollarán programas de intervención en grupos reducidos y especializados en rehabilitación funcional, física, cognitiva y / logopedia dirigidos a pacientes que estén en una fase crónica. Todo este abanico de tratamientos estarás complementado con actividades de apoyo social y psicológico para los afectados y sus familias.

Los programas estarán desarrollados por un equipo especializado en neurorrehabilitación compuesto por técnicos de neuropsicología, fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional y trabajo social.

ASPID puso en marcha el año 2012 NeuroLleida con el fin de ser el servicio de rehabilitación funcional especializado en la neurorrehabilitación de personas afectadas por una afectación o lesión neurológica en Lleida.

El ictus, primera causa de discapacidad

Dentro del abanico de las lesiones cerebrales, cabe destacar el ictus por su nivel de incidencia en la población y los casos van en aumento, atendiendo al envejecimiento progresivo de la población pero también debido al estilo de vida en la nuestra sociedad actual. El Ictus es la primera causa de discapacidad en los adultos, y puede provocar déficits motores, cognitivos, puede afectar a la comunicación, a la visión, a la personalidad o el comportamiento, mermando seriamente la calidad de vida tanto en las personas directamente afectadas como en sus familias.

A nivel de incidencia en la población, en nuestro medio se producen anualmente 187 casos de ictus por cada 100.000 habitantes. Se prevé que esta incidencia se incremente un 35% en los próximos años debido al aumento de la esperanza de vida de la población.

Los estudios informan que el 50% de supervivientes a un ictus quedarán con déficits residuales y requerirán asistencia en las actividades de vida diaria y un 30% de pacientes quedarán con secuelas significativas. Alrededor de un 75% requerirá actuaciones de rehabilitación tras el ictus.