Fisioterapia tras el ictus
08/09/2020
Ictus, embolia, accidente cerebrovascular (ACV), cualquiera de estos nombres se refiere a una alteración en la circulación de la sangre que llega a nuestro cerebro. Estas alteraciones pueden ser debidas a la rotura de un vaso sanguíneo cerebral que origina una hemorragia (ictus hemorrágico) o bien a un coágulo de sangre que obstruye el paso de ésta hacia el cerebro (ictus isquémico). En ambos casos el flujo sanguíneo se interrumpe en una determinada área del cerebro afectando a las neuronas de esa zona y ocasionando el daño cerebral.
Se calcula que cada año en España unas 130.000 personas sufren un ictus y ésta es considerada la primera causa de discapacidad en la población adulta. Aproximadamente cada 6 minutos se produce un ictus en España. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), el 40% de los casos de ictus provocan secuelas que dificultan la realización de las actividades cotidianas.
La recuperación tras un ictus depende de muchos factores y se valora con un equipo multidisciplinar para poder trabajar todas aquellas áreas que se han visto afectadas. El objetivo general de la rehabilitación es minimizar las secuelas derivadas del ictus, así como facilitar la reintegración en las actividades cotidianas y el entorno social. Consiste en un proceso activo que requiere de la colaboración y capacidad de aprendizaje del paciente y de su entorno.
Se dispone de elevada evidencia en relación a la capacidad que tiene el sistema nervioso central para recuperarse después de una lesión; esto es gracias a su plasticidad. Por este motivo es fundamental comenzar la terapia de rehabilitación lo antes posible, una vez que el paciente se encuentra estable médicamente.
Es fundamental comenzar la terapia de rehabilitación lo antes posible, una vez que el paciente se encuentra estable médicamente.
Desde el área de fisioterapia el tratamiento se centra en el deterioro motor y funcional, haciendo especial énfasis en la recuperación del movimiento perdido.
En una primera etapa los objetivos se centran en:
- Recuperar la fuerza y resistencia muscular
- Evitar rigideces articulares
- Controlar el dolor
- Mejorar el control postural
- Recuperar la movilidad de las extremidades afectadas
- Reeducar el equilibrio y la marcha
En fases más avanzadas de la rehabilitación es importante seguir potenciando las capacidades físicas para mantenerlas y trabajar a nivel funcional para ganar autonomía en el día a día.
La intensidad y la calidad en el tratamiento de fisioterapia serán claves para la óptima recuperación funcional.
El trabajo de rehabilitación no debe limitarse únicamente al que se lleva a cabo en los centros médicos, sino que es muy importante que se establezcan rutinas de trabajo adaptadas para realizar en el domicilio y mantenerse activo.
Ser constante en los tratamientos y mantenerse activo son factores claves que ayudan a conseguir mejores resultados y ganar autonomía.
Anna Noguera
Fisioterapeuta de Neurolleida
Num colegiada 12418
Bibliografía:
Murie-Fernández, M., Irimia, P., Martínez-Vila, E., John Meyer, M., & Teasell, R. (2010). Neurorrehabilitación tras el ictus. Neurología (Barcelona, Spain), 25 (3), 189-196.
Ictus: un problema sociosanitario. Código Ictus. Federación Española del Ictus (FEI). [Consultadas 30 de julio 2020] Disponible en: https://bit.ly/2kIWNr6